Surfeando entre las estrellas
En la primera novela de la serie "En órbitas extrañas", titulada "La niña perdida", describí un sistema de viaje interestelar basado en plegar el espacio. Aunque pura fantasía, para mi gran sorpresa me escribió un lector mejicano diciendo que eso se correspondía a una teoría de su compatriota Miguel Alcubierre.
Star surfing by JessKat-art at DeviantArt
Después de buscar en Internet, conseguí una copia del escrito original (en inglés), titulado "The warp drive: hyper-fast travel within general relativity". Se trata de un trabajo que demuestra matemáticamente que sería posible utilizar "trucos" para viajar más rápido que la luz sin por ello violar la teoría de la relatividad de Albert Einstein. Este concepto se denomina Métrica de Alcubierre y ha sido tan tomado en serio que hasta la NASA ha hecho investigaciones al respecto. Cabe resaltar que el profesor Alcubierre es un astrofísico de renombre, perteneciente al Departamento de Física y Astronomía de la universidad de Wales, Cardiff, Reino Unido.
La teoría de la relatividad general no se viola porque la nave en realidad no viaja a la velocidad de la luz, sino en una burbuja encima de una ola del propio espacio-tiempo, que según investigaciones realizadas al estudiar la creación del universo (el famoso "Big Bang"), sí parece poder moverse a una velocidad superior a la de la luz, que por cierto sólo existe dentro del propio espacio-tiempo. Es decir, la nave estaría "surfeando" sobre una ola del propio espacio-tiempo.
Quienes hayan leído mi libro habrán visto que yo planteaba algo similar, aún sin conocer el trabajo del profesor Acubierre. De hecho lo pensé porque hace años leí un artículo sobre la posibilidad de poder plegar el espacio. Siguiendo esa posibilidad, me planteé las consecuencias que ello podría tener para poder viajar entre las estrellas, y las consecuencias que podría tener para una nave estelar. Dado que no soy físico, estoy muy sorprendido que resultase que no andaba muy desencaminado en mi fantasía. Una vez más se demuestra que el autor de ciencia-ficción, siempre y cuando se base en hechos científicos y los lleve a su conclusión lógica, no andará muy desencaminado. Es una satisfacción haber acertado, aunque el profesor tuvo la idea mucho antes que yo, y de forma mucho más científica.
Y por cierto, ¿a que no saben por qué el profesor Alcubierre tituló la propulsión que describe en su artículo como "warp drive"? Los amantes de la ciencia-ficción ya lo habrán adivinado: Es así como se llama el impulsor de la serie "Star Trek".
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